MARIPOSA
Aquí me encuentro,
en la cúspide de una montaña,
siendo una mariposa herida a muerte
por la vida que jugó conmigo una mala pasada.
Una mariposa que nació sin alas
y tuvo que aprender a volar,
que soñó con una vida mejor
y tuvo que arrastrarse para pedir perdón.
Perdón, porque nació esclava;
perdón, porque no tuvo tierra,
no tuvo paz ni sombra…
porque, al final, no fue mariposa.
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