Más allá de la incertidumbre cierro una etapa de mi vida al compás de la ilusión que se evapora lentamente como el agua que se desliza entre mis dedos cuando intento atraparla en una tormenta de verano. El tiempo ha pasado muy rápido en algunas ocasiones y muy lento en otras dependiendo quizá de mi estado de ánimo que ha permanecido firme en la consecución de un objetivo: ser feliz. Quizá fuese un propósito demasiado ambicioso pero lo cierto es que mi corazón y mi razón me guían con fuerza incluso en los momentos de máxima dificultad. Tengo fe en mi destino más allá de los obstáculos que se vayan presentando en el camino. Ahí reside la magia; en el misterio de la incertidumbre que se desvela majestuosa cada amanecer detrás del cristal de mi ventana que dibuja la sombra del mañana al compás de los latidos de mi esperanza.

Maite Nicuesa Guelbenzu